Los chicos cortaron hojas de acelga en trozos muy pequeños y los colocaron en frascos de vidrio, agregaron alcohol fino de manera que las hojas quedaran cubiertas. Los taparon bien, los agitaron con mucha energía y los dejaron descansar durante media hora. Mientras tanto ellos, fueron al recreo.
Al regresar, la seño Susana, que es la "laboratorista", nos invitó a realizar la misma actividad, pero con hojas secas y de remolacha.( La próxima semana les contaremos qué sucedio!!)
Sigamos con las hojas de acelga.
Observamos que fueron perdiendo poco a poco su color y ahora el que tenía un verde intenso era el alcohol...
Resultado: el alcohol destiñe las hojas y de apodera de su color.
Pero esto no termina aquí... observen las siguientes fotografías:
La seño Susana calentó agua en un hervidor y allí colocó hojas de repollo colorado, tembién cortadas muy pequeñas. Mientras realizabamos el experimento con las hojas de acelga, el agua del hervidor con hojas de repollo, se fue entibiando...
Colamos las hojas, éstas aparecieron blancas y el agua quedó violeta, había tomado el color de las hojas.
Distribuímos el líquido en tres vasos. En el primero colocamos una cucharadita de bicarbonato de sodio, en el del medio, agregamos simplemente, agua, y en el tercero colocamos unas gotitas de vinagre. Mezclamos.
Resultado: el líquido del 1° vaso de tiñó de azul, el del 2°, quedó violeta y el del 3° vaso, de un hermoso y brillante fucsia. ¿Qué tal?